domingo, 10 de julio de 2011

Confesiones Mexicanas

“En algún minuto la DC perdió el rumbo y se confundió” ha dicho Piñera según el Mercurio, criticando la alianza de la Democracia Cristiana con la izquierda. Lo dice a un periodista mexicano, lo que se entiende, porque es más fácil vestirse allá de ropaje DC (“mi padre y mi hermano son Demócratas Cristianos”, dijo) que lo que le ha sido explicar aquí porqué el decidió sumarse a los partidarios de la dictadura tan pronto la oposición dio muestras que podía derrotarla. La acusa de haber seguido caminos errados como la “vía no capitalista”, lo que también se comprende: el hubiese preferido que adhiriera a la “vía capitalista financiera desregulada” que es la que le ha dado más éxitos en su vida. 

Pero dejemos de lado estos aspectos. Lo importante es como sus sorpresivas referencia a la DC reflejan primero su frustración y luego su confusión. Piñera siempre imaginó su gobierno con la DC. Separar el centro de la izquierda era la aspiración suya y de sus más íntimos, y en el esfuerzo no escatimaron esfuerzos, desde el cultivo de las amistades personales hasta la manipulación abierta de figuras y posiciones. Esa aspiración fracasó: la DC no formará parte del gobierno de la Alianza. Pero el Presidente además se confunde. En un momento en que su gobierno clama a gritos por ayuda de alguna parte, desmenuzar críticamente el rol histórico de un partido tan central a la democracia chilena como ha sido la DC, declarándola “estructuralmente” desviada, solo invita a más crispación de la política y a un mayor aislamiento

Si las declaraciones de México las hubiese hecho Ena Von Baer, las entenderíamos como una reiteración de la torpeza que la llevó hace algunas semanas a derrumbar una iniciativa presidencial. Pero que el propio Presidente se inscriba ahora en una corriente analítica autodestructiva es verdaderamente preocupante.

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